sábado, 4 de abril de 2015

Relatos. Diseñando los personajes

Como estos días he posteado ya sobre pintura, modelismo y diseño de juegos, ahora le toca a los relatos, trasfondos e historias varias.

Hace ya un tiempo, cuando solía participar en torneos de warhammer escribí una serie de artículos sobre cómo escribir un trasfondo o mejorarlo. A veces iba con mi grupo de juego a torneos donde había que entregar el trasfondo del ejército, puntuando y en ocasiones con premio al mejor escrito.

El caso es que es un apartado que me encanta y que por desgracia se ha perdido casi por completo en otros juegos.

Así que voy a rescatar esos artículos y revisarlos por si a alguien le interesa esta faceta del hobby. Empiezo con algo bastante básico, los personajes.

Cuando nos sentamos a leer una historia, uno de los puntos claves para captar nuestra atención es que los personajes nos provoquen sentimientos fuertes, bien porque nos sintamos identificados con ellos, o porque nos causen un odio atroz, o bien porque representen todo aquello en lo que creemos o en lo que nos gustaría convertirnos.

A veces una buena historia queda débil si los personajes no tienen una gran personalidad, o si no podemos imaginarlos dentro del contexto o del escenario en el que se desenvuelven.

Siempre que escribimos un relato debemos intentar que el lector no sólo lea a los personajes, sino que se cree una imagen perfecta de ellos en la mente gracias a las descripciones que hagamos de ellos. Y estas descripciones deben ser tanto del aspecto físico como de su psicología. De nada sirve que dibujemos claramente las ropas de un personaje principal si lo dejamos desnudo de sentimientos. El lector necesita saber si es valiente, orgulloso, embaucador o amoral. Cuántas veces nos ha pasado que al ver una película inspirada en un libro hemos pensado "no me lo había imaginado así".

Aquí os pongo un ejemplo claro de este tipo de descripciones. El caso 1 es un personaje falto en detalles y el caso 2 el mismo personaje al que le hemos dedicado más atención al desarrollarlo:

Caso 1:

"El general sacó su espada a dos manos y tras rezar se dirigió al guerrero oscuro lanzando un golpe mortal que acabó con su vida".

Caso 2:

"El canoso noble, soltó el broche de su cinto y desenvainó su lustrosa espada Filo de Luna. Con gran firmeza dirigió sus huesudos dedos hacia la frente e hizo varias señales religiosas al tiempo que apretaba unos finos pero firmes labios. Con una mirada desafiante y colérica, se adelantó con premura sobre aquel bastardo ser oscuro que le esperaba desafiante. La armadura del guerrero hizo un sonido estridente al ser atravesada por la extensa arma del general, y los ojos de ira se apagaron al mismo tiempo que lo hacía su vida".

Como veis, la situación es la misma, pero esa cantidad de detalles adicionales enriquecen la lectura y ayudan a que nos metamos más en la historia. Lo mismo ocurriría a la hora de detallar sus sentimientos o aspiraciones. Para ello siempre usamos al narrador, que es el que entra en la mente de los personajes y la exterioriza.

Un personaje que dirige un ejército malvado debe representarse como frío, vengativo, traicionero, cruel etc.. y no sólo en sus actos sino en sus propósitos. Igualmente un personaje bondadoso debe llegarnos como alguien que ayuda a otros personajes, que siente miedo en situaciones difíciles, que es compasivo y altruista. Todo esto hay que reflejarlo porque nos ayuda a empatizar con ellos.

No le veíamos la cara, pero sabíamos perfectamente lo que pensaba


Otro aspecto importante es el tema de los nombres. No podemos llamar a un personaje de ambiente medieval "Paco", y es obvio que todos los personajes principales deben tener nombre, no pueden quedar reflejados únicamente por su estatus social o político-militar.


Intentad buscar siempre nombres sonoros, fáciles de interpretar y leer. A veces un gran nombre rellena el vacío de un personaje sin vida.

Severus Snape, genial nombre para un genial personaje

Aunque esto lo trataré en otro artículo, lo comento también aquí porque es una cuestión muy extendida entre los escritores "noveles" como nosotros. Hay que vigilar las repeticiones continuas del nombre de un personaje. Es decir que siempre que nos refiramos al personaje, no usemos su nombre de pila para citarlo, sino que busquemos alternativas para no repetirnos demasiado.

Os pongo un ejemplo con tres frases sencillas:

- Sir Edmund se dirigió a la sala en la que esperaban todo el consejo además de los dos capitanes de refuerzo. Sir Edmund entró y se sentó presidiendo al resto de hombres, y abriendo un viejo manuscrito se dispuso a hablar en voz alta. Entonces Sir Edmund se levantó y dijo....

¿Cómo podríamos hacerlo sin repetirnos?. Sencillo:

- Sir Edmund se dirigió a la sala en la que esperaban todo el consejo además de los dos capitanes de refuerzo. El fornido senescal entró y se sentó presidiendo al resto de hombres, y abriendo un viejo manuscrito se dispuso a hablar en voz alta. Entonces apoyando firmemente sus robustas manos en la mesa se levantó y dijo....

En el segundo texto no sólo hemos evitado las repeticiones que tan mal quedan al leer, sino que encima hemos cumplido el punto anterior y le hemos dado ciertas características al personaje.

Por último voy a dar dos pinceladas sobre los personajes secundarios. Obviamente toda historia suele girar en torno a unos pocos personajes principales, pero no debemos restar importancia a esa serie de "extras" que aparecen en nuestra historia. Quizás no sea necesario detallarlos tanto como a los principales, pero unos pequeños detalles nos ayudarán a darles más participación y que no sean simplemente de relleno. Todos los personajes tienen su función en la historia.

Estos son sólo algunos consejos básicos para que desarrolléis a vuestros personajes con más carácter. Ahora falta que os sentéis y os pongáis a escribir vuestro siguiente relato.

En breve trataré otro apartado importante de una historia, los escenarios.


Saludos onironautas

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